TANGO PORCINO
Fuimos a Ezeiza donde éramos los únicos ridículos portadores de la paranoia porcina, con incomodísimos barbijos (que el papá de Pupi casi nos obliga a ponernos) y que al rato empezamos a intentar acomodar de diferentes formas hasta dejarlos descansar sobre nuestras cabezas a modo de kipá.
En el avión las películas fueron aburridas y un juego de ajedrez que parecía arcaico y subestimé a viva voz me ganó 10 fulminantes partidas seguidas, mientras Pupi se quejaba por haber perdido un pedazo de diente recién implantado.
Llegamos a Duesseldorf y festejamos mi cumpleaños con amigos (Chelita, el Rumenigue y el ritual de la birra fueron un hermoso punto de partida del viaje)
al día siguiente viajamos en tren a Witten junto a los numerosos borrachines hinchas del Boruscia Dortmund (parecía la hinchada de Almirante Brown después de haber ganado un Prode) y tocamos en una populosa milonga con piano de cola y muchas luces, donde estrenamos mi primer tango instrumental ("Pasaje Natal")
fuimos a Koeln, donde tocamos y nos entrevistaron de la revista de tango Europea "Tangodanza",
al otro día y sin descanso tocamos en el festival de Saarbrucken donde bailaron con nosotros Mingo y Esther Pugliese (dos viejitos que parece que fueron grosos).
Viajamos a diario en trenes, munidos de exquisitos sanguches de camarones, con nuestras valijas "fer-clas" con ruedas, que llegaron para reemplazar a las obsoletas mochilas que en otros viajes cargábamos como mulas.
Tuvimos, por fin, el primer día de descanso dedicado íntegramente al chupi y al morfi:
fuimos a Zurich y tocamos al lado de un centro de refugiados, donde había gente perdiendo el tiempo (un paisaje maravilloso después de 4 días germanos).
Los shows comienzan a mejorar.
El segundo día de descanso fue junto al lago Bodense (entre patos, frutas y amigos de viajes anteriores, conocimos el barrio de los maestros (viven en unos caserones hermosos).
Nos arrimamos a Konstanz que del lado suizo se llama Kreutzlingen, donde nos esperaba un Stenway de cola, que el malacostumbrau de Pupi (como esos exigentes catadores de vino que ya no se conforman con nada) cataloga de demasiado puro para el tango.
Dimos un concierto muy caprichoso en el que improvisamos mucho y nos emocionamos también entre promesas de los organizadores de visitar china y no me acuerdo que mas el año próximo.
Volviendo a Alemania, en la frontera, la portación de rostro me llevo una vez mas a rendir cuentas de mis supuestas vacaciones a la desagradable policía suiza, que nos hizo perder un tren.
fuimos a tocar a una milonga a Duisburg donde al final del show tuve que disimular un bostezo nacido del cansancio y nuevamente apareció Chelita con su novio a rescatarnos y llevarnos a dormir a Duesseldorf.
Ayer fuimos a Bruselas, donde unos peruanos que le echan la culpa de todo a la discriminación y no paran de hablar, organizaron una milonga en un inmenso y lujoso salón que merecía mucha mas gente que la que había (por supuesto que por la discriminación)
Hoy llegamos a Liege (también en Bélgica) y una familia de simpáticos seres colorados nos esperaban con vino francés, barbacoa (caricatura del asado) y el mas rico chocolate que probé en mi vida.